- Fecha: 2021-03-23
- País: España
La recuperación económica se retrasa a la segunda mitad del año. Tras una brutal caída por la pandemia del 11% en 2020, el Banco de España prevé que la economía española crezca este año un 6%, ocho décimas menos que el 6,8% apuntado en sus anteriores previsiones de diciembre. Esta reducción del crecimiento se debe a un arranque del año débil por el retroceso de la movilidad y un deterioro más pronunciado del mercado laboral, y contempla que en los próximos meses habrá nuevos brotes cuya contención requerirá medidas de contención similares a las actuales. Además, espera que haya un retraso a la hora de empezar a gastar los fondos europeos, lo que hará que parte de su beneficio se traslade al año siguiente.
Es decir, prácticamente se da por perdida buena parte de la primera mitad del año. En el primer trimestre, el organismo pronostica que el PIB retrocederá un -0,4% en su escenario central. Sin embargo, se detectan signos de cierta reactivación según avanza el trimestre en las cifras de movilidad de Google y de consumo de combustibles. “Los datos de movilidad, empleo y consumo fueron malos en enero y febrero. Pero marzo está evolucionando mejor al producirse un levantamiento de las restricciones en las comunidades”, ha señalado el director de Economía del banco, Oscar Árce.
Y en la segunda mitad del año habrá una fuerte mejora de la actividad al avanzar en la vacunación y comenzar a gastarse los fondos europeos. Este escenario considera que las restricciones de la movilidad irán retirándose poco a poco hasta su desaparición plena a finales de 2021. El turismo no recobrará una cierta normalidad hasta 2022. La tasa de ahorro, que había experimentado una considerable subida con la pandemia, descenderá hasta situarse algo por encima de su nivel precovid en 2023. Y conforme vayan desapareciendo las restricciones, el consumo experimentará durante varios trimestres fuertes incrementos por encima de lo que crezcan las rentas al tirar de ese ahorro acumulado.
El 6% de crecimiento que proyecta el Banco de España es casi cuatro puntos menor que el 9,8% que el Gobierno incluyó en sus Presupuestos de 2021.
El dinamismo del segundo semestre de este año provocará que el PIB también registre un incremento robusto el año que viene, del 5,3%, lo que implica que parte del crecimiento que antes se esperaba para 2021 ahora se desplaza a 2022, en parte porque el año que viene se daría una relativa recuperación del turismo y en parte porque se espera que la ejecución de los fondos europeos se retrase al 2022. Y al año siguiente, en 2023, el crecimiento se moderará hasta una tasa del 1,7%, una cifra que está por debajo del 2% de potencial de crecimiento que esperaba alcanzar el Gobierno con las inversiones europeas.
Pese al empeoramiento observado en la primera mitad del año, el Banco de España considera que los riesgos se están reduciendo: se ha comprobado la eficacia de la vacunación, el plan Biden supondrá un potente estímulo y hay un acuerdo sobre el Brexit. Además, aunque se deja fuera a la zona euro, los organismos internacionales están revisando ligeramente al alza el crecimiento mundial.
Sin embargo, el organismo supervisor sigue creyendo que existe mucha incertidumbre respecto a la velocidad a la que se inmunizará la población y en cuanto a las consecuencias que pueda tener esta crisis sobre el tejido productivo, el paro de larga duración y los cambios de hábitos. Y plantea dos escenarios alternativos en los que sobre todo pesan la magnitud que puedan tener las secuelas a medio plazo y el comportamiento más o menos precavido de los consumidores: en el suave, tras una rápida resolución de la crisis sanitaria y unos efectos menores, el PIB crecería un 7,5% este año y un 5,5% el que viene. En el severo se produciría un final más lento de la pandemia y las consecuencias sobre la economía serían mayores, lo que se plasmaría en unos avances del PIB más pobres: del 3,2% este año y del 4,6% en 2022.
“La recuperación de los niveles de PIB prepandemia tendría lugar en 2023 en el escenario central, y se adelantaría algo más de un año en el escenario suave. En el severo, el nivel del PIB todavía se mantendría, al final del horizonte de proyección, algo por debajo del observado antes de la crisis sanitaria”, explica la nota del supervisor.
El impacto del paquete de ayudas a la solvencia que ha aprobado el Ejecutivo no ha sido recogido en estas proyecciones. Sin embargo, Óscar Arce lo ha valorado de forma positiva: “Aunque falta todavía un análisis fino, ayudará a mitigar los problemas de solvencia de las empresas debido a la pérdida de ingresos y el aumento de la deuda”.
Al deshacerse los ERTE, el paro se situará en el 17% en 2021, el 15% en 2022 y el 14% en 2023. Y el déficit público quedará este año en el 7,7% del PIB y se estabilizará en torno al 4% en los siguientes. La deuda se estabilizará alrededor del 117% del PIB. Arce ha insistido en que durante la anterior fase de bonanza no se aprovechó para corregir el elevado desfase estructural de las cuentas públicas.
En cuanto al repunte visto en la inflación, este tendría un carácter temporal conforme se desinfla el encarecimiento de la energía, señala el organismo. Este prevé un aumento de los precios del 1,4% en 2021, del 0,8% en 2022 y del 1,2% en 2023, todas cifras lejanas al 2% marcado como objetivo. Esta visión alejaría el riesgo de que un fuerte incremento del IPC obligue al BCE a frenar su política monetaria, esencial para financiar el actual nivel de gasto público.
Fuente: elpais.com/economia/2021-03-23/el-banco-de-espana-rebaja-las-previsiones-de-crecimiento-de-la-economia-espanola-hasta-el-6-por-la-duracion-de-la-pandemia.html