- Fecha: 2021-03-08
- País: USA
Para reactivar la frágil economía, el presidente Joe Biden está recurriendo a los trabajadores peor pagados de Estados Unidos y a las personas que en la actualidad no tienen ningún tipo de empleo.
El paquete de ayuda económica de 1,9 billones de dólares propuesto por Biden, que se aprobó este 6 de marzo en el Senado y podría tener la firma presidencial en cuestión de días, ayudaría de manera abrumadora a las personas de bajos ingresos y a la clase media. Las personas con altos ingresos, que en gran medida han mantenido sus empleos y aumentado sus ahorros desde el año pasado, recibirán poca ayuda directa.
Para el presidente, el plan es más que solo una propuesta de estímulo. Es una declaración de su política económica, una que captura el principio que los demócratas y los economistas liberales han defendido durante la última década: que la mejor manera de impulsar un crecimiento económico más rápido es de abajo hacia arriba.
El enfoque de Biden en su primera gran medida de legislación económica contrasta de manera radical con la del expresidente Donald Trump, cuyo esfuerzo inicial en el Congreso fue un paquete de recortes fiscales en 2017 que benefició en su gran mayoría a las corporaciones y a los estadounidenses más adinerados.
El “Plan de rescate estadounidense” propuesto por Biden incluye beneficios directos más generosos para los estadounidenses de bajos ingresos que las rondas de estímulo aprobadas el año pasado durante el gobierno de Trump, aunque llegarán en un momento en que las estadísticas económicas y las relacionadas con las vacunas contra el coronavirus sugieren que la economía en general está a punto de mejorar notablemente. Está más enfocado en las personas que en los negocios y se espera que ayude en particular a las mujeres y a las minorías, que han sufrido un impacto desproporcionado en la recesión pandémica.
Los investigadores predicen que podría convertirse en una de las leyes más eficaces para combatir la pobreza en toda una generación. El Centro sobre Pobreza y Política Social de la Universidad de Columbia estima que las disposiciones del plan, que incluye una generosa expansión de créditos fiscales para los estadounidenses de bajos ingresos con hijos, podrían disminuir la tasa de pobreza en más de una cuarta parte en el caso de los adultos y reducir la tasa de pobreza infantil a la mitad.
Al igual que los proyectos de ley de estímulo de Trump, la nueva legislación contiene disposiciones diseñadas para atacar de forma concreta el virus, como dinero para pruebas de diagnóstico de COVID-19 y la distribución de vacunas.
Pero también incluye elementos que reflejan las tradicionales prioridades demócratas que se aplicarán de manera amplia a los estadounidenses de bajos ingresos, estén o no sufriendo financieramente por la pandemia. Además de los créditos fiscales, el proyecto de ley aumenta los subsidios para el cuidado infantil, amplía la elegibilidad para la Ley de Atención Médica Asequible y expande los cupones de alimentos, la asistencia para la renta y los beneficios por desempleo, entre otras disposiciones. Biden también intentó incluir un salario mínimo de 15 dólares en el proyecto de ley, pero la propuesta no sobrevivió al procedimiento parlamentario del Senado.
El equipo económico de Biden está apostando a que la combinación de la emisión de cheques de 1400 dólares para particulares, ayudas más generosas por desempleo y otros beneficios preventivos incluidos en el plan, ayudará a impulsar un rápido crecimiento económico, al destinar dinero a las personas que necesitan ayuda de inmediato para pagar sus gastos, comprar víveres y evitar desalojos o embargos, y no a los que tienen mejores ingresos, quienes probablemente ahorrarían el dinero.
Muchos economistas predicen que el aumento en el gasto de los consumidores estimulará la producción empresarial y generará más contrataciones laborales, lo que ayudará a impulsar la economía a su tasa de crecimiento anual más rápida desde mediados de la década de 1980.
Al igual que la de Biden, los analistas presupuestarios calcularon que la primera gran legislación de Trump sumaba casi 2 billones de dólares a la deuda federa. Al igual que Trump, Biden ha utilizado un proceso parlamentario que permitió que su proyecto de ley fuera aprobado sin un solo voto del partido opositor. Ambos presidentes plantearon sus respectivos planes como una ayuda crucial para una economía sumida en un crecimiento inaceptablemente lento.
Pero a diferencia de Biden, Trump siguió una estrategia de arriba hacia abajo para revitalizar el crecimiento económico y salarial. Redujo los impuestos para las corporaciones y otras empresas, además de recortar las tasas impositivas para individuos en todas partes del espectro de ingresos. Sus asesores predijeron que las medidas acelerarían significativamente la inversión empresarial y generarían un auge económico sostenido que a su vez elevaría los ingresos de las personas de bajos recursos y la clase media, a pesar de que los beneficios directos del proyecto de ley estaban concentrados de manera desproporcionada entre los ricos.
El aumento sostenido de la inversión no se materializó como se había predicho, pero los economistas por lo general están de acuerdo en que los recortes ayudaron a impulsar temporalmente el crecimiento económico y salarial el año posterior a su aprobación.
En la actualidad, las personas con altos ingresos y las grandes empresas muestran pocas señales de necesitar ayuda del gobierno. En general, la recesión y la recuperación pandémica los han enriquecido. Los trabajadores que ganan salarios más altos y los que pueden trabajar de forma remota tienen muchas menos probabilidades de haber sido despedidos, y han acumulado ahorros durante la recuperación. Compañías como Amazon han ganado mayor participación en el mercado a medida que los hábitos de los consumidores han cambiado.
Pero en el extremo inferior del espectro de ingresos —y en particular entre las familias negras y latinas— millones de estadounidenses todavía sienten el profundo dolor de la recesión. La economía sigue teniendo casi 10 millones de puestos de trabajo por debajo de su mejor momento antes de la pandemia, y las mujeres de todas las razas y los hombres de color son quienes tienen más problemas para recuperar empleos. La tasa de desempleo entre los hombres negros se mantiene por encima del 10 por ciento.
Los datos de la encuesta Census Household Pulse, analizada por Lena Simet, investigadora sénior sobre pobreza y desigualdad en Human Rights Watch, muestran que las dificultades económicas persistentes de la crisis están concentradas entre las personas de bajos ingresos y las que siguen desempleadas. Casi la mitad de los hogares que ganan menos de 35.000 dólares al año reportaron haberse retrasado en pagos relacionados con la vivienda. Una cuarta parte informó no tener suficiente comida.
El plan de Biden les daría a esos hogares una amplia asistencia gubernamental. Elizabeth Pancotti, directora de políticas de Employ America, una organización en Washington que respalda el plan de Biden, ha calculado los beneficios que obtendrían con este proyecto de ley diferentes estadounidenses hipotéticos que se han visto muy afectados por la crisis.
Para una madre soltera trabajadora con un niño de 3 años, que gana el salario mínimo federal —un poco menos de 16.000 dólares al año— el proyecto de ley le proporcionaría hasta 4775 dólares en beneficios directos, estima Pancotti. Para una familia de cuatro con un padre que trabaja y otro que permanece desempleado debido a las limitaciones del cuidado de los hijos, los beneficios podrían ser de hasta 12.460 dólares.
El Tax Policy Center en Washington estima que los pagos directos y los créditos fiscales ampliados del proyecto de ley, por sí mismos, incrementarán los ingresos después de impuestos en más del 20 por ciento para un hogar promedio en el quintil más bajo de los generadores de ingresos en Estados Unidos. El centro había pronosticado anteriormente que los recortes fiscales de Trump aumentarían los ingresos de ese mismo grupo en menos del 1 por ciento durante el primer año.
“Está lo más lejos posible de la retrógrada economía orientada hacia la oferta”, dijo el senador demócrata por Colorado Michael Bennet, quien desde hace mucho tiempo ha defendido la necesidad de expandir el crédito tributario por cada hijo que se tenga a fin de combatir la pobreza. “Esta es una economía progresista que pone dinero en manos de gente trabajadora que gastará ese dinero”.
Los paquetes de ayuda económica anteriores, incluidos los firmados por Trump en marzo del año pasado, ayudaron a los trabajadores desempleados y a las personas de bajos ingresos a sobrellevar la crisis hasta ahora e incluso, en muchos casos, a ahorrar algo de dinero. Una investigación del JPMorgan Chase Institute muestra que las personas de bajos ingresos gastaron esos ahorros más rápido en el verano que las de ingresos mayores, lo que sugiere que podrían necesitar más ayuda para la recuperación y que lo más probable es que pongan ese dinero a circular en la economía.
Fuente: www.infobae.com/america/the-new-york-times/2021/03/07/biden-apuesta-por-los-pobres-para-impulsar-la-economia/