- Fecha: 2019-08-26
- País: Argentina
En los próximos días se conocerán datos financieros importantes para los inversores locales. Al monitoreo diario de algunas variables claves se suman los vencimientos de letras por unos US$2800 millones y la llegada de la misión delFondo Monetario Internacional (FMI). En lo interno, el no quiebre de los mínimos ya observados en los activos locales será un buen punto; mientras que en lo externo habrá que ver qué sucede con los conflictos comerciales.
1. Vencimiento de letras del Tesoro
En la semana que se inicia vencerán unos US$1600 millones de Letes en dólares y más de $67.000 millones de Letras en pesos (cerca de 88% corresponde a Lecap y el resto, a Lecer), lo cual equivale a unos US$1215 millones. Se espera que la tasa de renovación sea baja (por parte de los inversores privados), en una coyuntura en la cual la incertidumbre se mantiene alta, a pesar de que algunas señales políticas sirvieron para dar tranquilidad al mercado.
En el caso de las Letes, si se mantiene el mismo escenario de la última colocación, solo habrá renovación por parte del sector público. Si se considera que unos US$900 millones que vencen están en manos de privados, el roll-over debería ser del orden del 43% al 45%. Como referencia en cuanto a rendimiento a exigir, sirven las tasas del mercado secundario, aunque la liquidez de algunos instrumentos que vencen es muy limitada, lo que no permite un precio real de operación. Si la renovación es baja en el caso de ambas letras, el efecto de lo que se "pague" será diferente: en las que son en dólares apuntará a bajar las reservas brutas, y en la de pesos podrá ir a presionar sobre el tipo de cambio.
2. La mirada puesta en el Fondo
Mucho se habla del FMI por estos días. Al fin y al cabo, es el acreedor privado más importante de la Argentina. Se le debe hasta ahora un capital de unos US$44.000 millones (más de 13% del total de la deuda bruta). El eje de la discusión pasa por dos visiones diferentes: una de muy corto plazo (semanas) y otra de corto plazo (pocos meses). En el primer caso, se apunta a la auditoría que llegaría próximamente y que estará referida a la meta del segundo trimestre, pero también a la coyuntura actual y a este tercer trimestre en proceso.
La relevancia está en que, para cerrar el programa financiero de este año sin mayores complicaciones (en especial, si la incertidumbre se profundiza con efectos para el mercado) es necesario que haya un nuevo desembolso de los previstos en el acuerdo, a mediados del mes próximo, por unos US$5400 millones. En tanto, el segundo punto -con incidencia ya no tanto para este gobierno sino para el próximo- tiene que ver con la necesidad de una renegociación del acuerdo. Básicamente, el cambio del stand by actual a una modalidad conocida como de Facilidades Extendidas. Aunque esto no se espera en lo inmediato, tampoco puede demorarse mucho más.
3. Inversores, con oportunidades limitadas
Está claro que, como está hoy planteado el escenario, la transición no será fácil ni corta. Una volatilidad alta -e incluso, hasta por momentos mayor a la que un trader pueda considerar un negocio- mantiene hoy una probabilidad importante. Esto generará seguramente oportunidades de trading interesantes, pero son oportunidades que no se identifican con cualquier tipo de inversor. En consecuencia, aun con los precios actuales de bonos y acciones, la cautela se mantiene. No se ven grandes oportunidades de compra, pero tampoco precios de venta.
Hay una especie de wait and see hasta que haya definiciones políticas más concretas. Pero la realidad es que estas podrían no llegar por ahora. El Merval se mantiene así en torno a los 500 puntos en dólares, y la curva de bonos soberanos sigue invertida ante la probabilidad de una reestructuración, que se mantiene alta. En este marco, los precios se sostienen unos dólares arriba de los marcados en los días posteriores a los PASO, pero no permiten mostrar una recuperación que se lea como un cambio de expectativas. La estabilidad y el no quiebre de estos niveles son, de todos modos, dos buenos puntos.
4. Las expectativas en el escenario global
En lo externo hay un combo de temas que tienen impacto en los mercados. Entre ellos, la situación de Italia, el Brexit, la guerra comercial que tiene su foco en China y Estados unidos, y las señales de una desaceleración económica global. Esto último trae aparejada la vuelta de los estímulos monetarios. Y sobre estas señales, está básicamente hoy parado el mercado de acciones y deuda.
Terminando ya el mes de agosto, la atención comienza a centrarse en la reunión de la Reserva Federal (Fed) a mediados de septiembre, con un 100% de probabilidad esperada de un nuevo recorte de tasas. También provoca expectativas la reunión del Banco Central Europeo (BCE), que será unos días antes, y en la que se espera que se anuncie un amplio programa de nuevos estímulos, que iría más allá de un plan de recortes de tasas. El objetivo en estos casos -y en el de otros bancos centrales que vuelven a flexibilizar su política desde la crisis del 2008- tiene una misma raíz: mitigar la desaceleración que se está observando en el crecimiento mundial. De acá, la importancia de los datos de la economía para ver, en concreto, una Fed más dovish (suave, en inglés) o no.