¿Qué pasará con la economía brasileña en año electoral?

  • Fecha: 2022-08-29
  • País: Brasil

Las expectativas de que la actividad económica brasileña chocaría en la primera mitad de este año en cierta medida no se materializaron. En los primeros tres meses, la economía creció un 1%. Y, aunque las cifras oficiales aún no hayan sido divulgadas por el IBGE, las estimaciones apuntan a un crecimiento de alrededor del 1% en este segundo trimestre. Con eso, la economía brasileña cerraría el semestre con una expansión del orden del 2% con relación al último semestre del año pasado.

Es poco, pero mejor que las previsiones que apuntaban a una posible desaceleración a partir de abril. Este resultado se debe al regreso de la vida a casi la normalidad. Con los efectos de la pandemia amainando -los casos y las muertes en Brasil han caído a niveles muy bajos-, todo lo embalsado volvió con fuerte intensidad, impulsado por el sector servicios, siendo el consumo familiar el centro de esta expansión. Según el Monitor del PIB FGV IBRE, alrededor del 85% del crecimiento interanual del consumo de los hogares con respecto al año pasado se explica por el consumo de servicios, debido al alto peso de este rubro en la canasta de consumo de las familias brasileñas.

Con la reapertura de la economía y la normalización de gran parte del sector servicios, que es el que más pesa sobre el PIB y genera empleos, las tasas de desempleo dejaron los incómodos dos dígitos, iniciando una trayectoria descendente. En junio, la tasa de desempleo cayó al 9,3%, después de un largo coqueteo en los dos dígitos.

En el caso de las tasas de desempleo, a pesar de la mejora, los analistas de mercado laboral, ingresos y productividad de FGV IBRE creen que los números deben ser vistos con cierta cautela.

Pero no hay duda de que la reapertura de la economía, en especial de las actividades presenciales y más intensivas en mano de obra, hizo que el PIB engordara un poco. La gran pregunta que surge es si este segundo semestre también traerá resultados positivos. Y sobre esto, hay mucha incertidumbre y opiniones divergentes entre los economistas. Y para 2023, todas las previsiones apuntan a un bajo crecimiento económico. El endeudamiento de los hogares ha batido récords. Según datos del Club de Comerciantes, el pasado mes de julio el endeudamiento de los hogares aumentó un 16,5% y el número de personas endeudadas a más de 3 meses aumentó casi un 40%.

Casi la mitad de los morosos tienen deudas de hasta R$ 1.000 y las mujeres, muchas de ellas cabezas de familia, están ligeramente más endeudadas que los hombres. Según la Confederación Nacional de Comercio de Bienes, Servicios y Turismo (CNC), ocho de cada diez familias brasileñas tienen deudas; El 22% de los brasileños tienen más de la mitad de sus ingresos comprometidos con deuda.

Los datos de Serasa Experian, publicados el lunes pasado (22), mostraron que el número de morosos alcanzó un récord en junio, alcanzando los 66,8 millones de consumidores. En agosto de 2021, ese número era de 62,2 millones de personas. La mayoría son deudas con bancos y financieras, pero también con servicios básicos como agua, luz, gas y compras al por menor, en los llamados libretos de tienda. La alta inflación y las tasas de interés se identifican como las principales causas de este crecimiento.

A pesar de este empeoramiento, una encuesta de DataFolha de julio, divulgada la semana pasada, mostró que el 48% de los encuestados cree que la economía mejorará en los próximos meses; El 28% pensó que seguiría igual y el 18% pensó que empeoraría. En la encuesta anterior, realizada en junio, el 33% creía en una mejora, mientras que el 34%, en un empeoramiento. Con respecto a su situación financiera, la proporción de quienes pensaron que mejorarían saltó del 47 % en junio al 58 % en julio.

El Boletín Macro FGV IBRE de agosto pone algunos puntos que pueden dificultar el mantenimiento de una trayectoria ascendente del PIB:

• El estímulo fiscal y las reducciones temporales en los precios de la energía y otros precios administrados deberían compensar parcialmente los efectos contractivos de la política monetaria y la desaceleración de la economía mundial, con efectos negativos en los precios de las materias primas. Sin embargo, los estímulos no son capaces de revertir la desaceleración que ya está en marcha.

• Esto ya lo advierten los indicadores de confianza del sector y del consumidor de FGV IBRE. En cuanto al comercio, la tendencia sigue siendo de retracción, con una previsión de contracción del comercio minorista extendido en este tercer trimestre. En cuanto a los servicios, el mes de julio fue aún más favorable para el sector, pero el avance de la Encuesta para el mes de agosto ya apunta a una contracción en el mes.

• Otro sector que se destacó en la primera mitad del año, la construcción civil, que creció 9% con relación al mismo período del año pasado, ya está perdiendo fuelle. La encuesta sectorial del mes de julio mostró una caída en las expectativas para los próximos meses, aunque la percepción sobre la actividad actual se mantuvo favorable, reflejando el ciclo económico de los últimos dos años. Según el Boletín, “es importante resaltar que este sector se vio muy beneficiado por los estímulos adoptados durante la pandemia, finalizando el segundo trimestre alrededor de un 11% por encima del nivel observado en el último trimestre de 2019, antes de la pandemia. Un resultado muy superior al comportamiento del PIB, estimado en 2,8%”.

Sin embargo, ya se ha encendido una señal de advertencia. Desde 2020, a pesar de una aceleración en el nivel de actividad del sector, las empresas constructoras se han enfrentado a muchas dificultades con los costos de construcción altísimos. Primero, con una fuerte subida de las materias primas y, más recientemente, también de la mano de obra. Entre julio de 2020 y julio de 2022, el INCC-DI subió un 31%. El componente Materiales y Equipos aumentó un 51,5% en el mismo período, como resultado del importante aumento de insumos como acero (94%), tubos (77,9%) y conductos de PVC (67,5%). Esto ha llevado al sector a renegociar contratos.
Según la Encuesta de Construcción FGV IBRE, a pesar de este proceso de aumento de insumos y renegociación de contratos, “para todas las empresas del sector, el riesgo de paros laborales es aun relativamente bajo: para el 77,1% de las empresas no hay riesgo de paradas.

Pero hay segmentos, como Obras viales y Obras de arte, en los que más del 20% de las empresas apuntan a riesgo de paralización. Estos son segmentos que tienen contratos en su mayoría con entidades públicas. El sector de Obras Viales se encarga de la construcción de caminos y calles. Las Obras de arte, para la construcción de túneles, viaductos, puentes, etc.”, dice la pregunta especial de la Encuesta.

Señal de advertencia: Construcción: prueba de resistencia.

El Boletín destaca el papel de las inversiones que “pudieron compensar las pérdidas del primer trimestre, pero se espera que disminuyan en el año, ya que el endurecimiento monetario y la incertidumbre en la economía se mantienen en un nivel históricamente muy alto. El calendario electoral, junto con la incertidumbre política, también lastran la inversión. Es importante resaltar, como se menciona en el Boletín, “que la trayectoria ascendente de la tasa de inversión en los últimos años contiene algunos factores muy puntuales y coyunturales, que contribuyeron a que la tasa de inversión a precios corrientes alcanzara el 19,2%, frente al 15 .5% en 2019, reflejando un aumento real de 16.5% en este período. Entre los principales factores, podemos destacar: la internalización de las plataformas de exploración y producción de petróleo, el aumento del precio relativo de la inversión en relación con el PIB, y un destino de las inversiones muy concentrado en sectores beneficiados por el aumento de los precios de las materias primas, como como también por tasas de interés reales muy bajas, como los sectores agrícola, energético y de la construcción”.

Si hay problemas internos, el escenario externo tampoco debería ayudar mucho. Por lo contrario. Así lo muestran los Barómetros Económicos Globales Coincidente y Antecedente de FGV IBRE.

• Los Barómetros Globales volvieron a caer en agosto, lo que indica una desaceleración significativa en el crecimiento mundial en el trimestre. El Barómetro Coincidente cae por séptimo mes consecutivo mientras que el Barómetro Principal vuelve a caer tras registrar estabilidad en el mes anterior. Los resultados también reflejan una perspectiva pesimista para el crecimiento económico mundial en los próximos meses. Entre los indicadores sectoriales coincidentes, la caída fue generalizada en todos los sectores, con destaque negativo para el sector Construcción, con una caída de 4,0 puntos y el nivel más bajo entre todos los sectores (71,5 puntos).
Como resultado, todos los indicadores están más alejados del promedio histórico de 100 puntos.

La Encuesta de América Latina, producida trimestralmente por FGV IBRE, también apunta a un escenario menos alentador. El Índice de Clima Económico de América Latina (ICE) retrocedió en el tercer trimestre de este año con respecto al trimestre anterior, debido a un fuerte empeoramiento de las expectativas. El empeoramiento de las expectativas da una señal de alerta, pues indica que los expertos consultados en los distintos países de la región prevén una desaceleración económica en los próximos meses.

En el caso de Brasil, el Indicador de Situación Actual (ISA) que había mejorado en 12,9 puntos, con el empeoramiento de las expectativas a partir de ahora, situó el indicador en el Indicador de Clima Económico (ICE), en 33,3 puntos.

Con esta letanía de problemas, uno de los mayores desafíos será el tema fiscal. Como menciona el Boletín, “las nuevas políticas de estímulo fiscal de este año probablemente serán permanentes, dificultando aún más el escenario de sostenibilidad de la deuda pública. El desmantelamiento del marco fiscal, en un contexto de mayores tasas de interés reales aquí y en el exterior, en medio de presiones por el mantenimiento o incluso la expansión del gasto público, tornan aún más nebuloso el escenario para 2023 para Brasil. El escenario más probable es una contracción del PIB, y mantenemos la previsión del -0,3% para el próximo año”.

Fuente:www.elpais.com.uy/economia-y-mercado/pasara-economia-brasilena-ano-electoral.html